
La principal novedad de esta cámara fue la incorporación de la película de 35mm que, hasta ese momento (1925), se utilizaba únicamente en el mundo cinematográfico. Esa incorporación permitía que el tamaño de la cámara fuera reducido, con lo que el fotógrafo podía transportarla fácilmente de un lugar a otro.
Contar con cámara ligeras y de bajo costo permitió que fotógrafos tanto profesionales como aficionados pudieran llevarlas por distintas partes, retratando elementos que antes de la Leica I eran muy difíciles o prácticamente imposibles de capturar.
Uno de los ejemplos más claros para entender la importancia de esta cámara es la Guerra Civil Española donde la Leica I permitió capturar fotografías de gran realismo, con lo que para algunos historiadores es el momento en que surge el fotoperiodismo donde Robert Cappa es un referente obligado.
En ese sentido, la importancia de la cámara Leica I reside en que con las características pioneras que introdujo permitió que la fotografía se masificara más de lo que ya había logrado en sus casi primeros 100 años de existencia. Ese primer paso, junto con los grandes avances tecnológicos en décadas siguientes, producto de la Segunda Guerra Mundial, permitieron que la calidad de la imagen así como las posibilidades técnicas se ampliaran más allá de lo que cualquiera hubiera imaginado a inicios del siglo XX.
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