No me considero fanático de las películas de espías, menos de las películas del famoso 007. Claro, tal vez porque no crecí en un ambiente en el que se vieran mucho, y con el paso de los años nunca me importó darles una oportunidad (principalmente porque son muchas películas).

Pero a propósito del más reciente estreno pensé que podría darle una oportunidad al agente secreto más famoso del mundo y de ahí surgió la pregunta clave: ¿por donde iniciar? La respuesta resultó simple, comenzar por el principio.
Dr. No (1962) fue la primer película sobre James Bond, pero originalmente era la séptima entrega literaria, escrita por Ian Fleming, sobre el famoso agente 007. En esta película se presentó a Sean Connery como el agente con «licencia para matar», a Joseph Wiseman como el temido Dr. No y a Ursula Andress como Honey Ryder, una vendedora de perlas local que por coincidencia termina involucrada en la misión secreta. En cuanto a la dirección, Terence Young realizó un excelente trabajo ya que, en gran medida, moldeó los elementos característicos de Bond (actitud, vestuario, estética), lo que le valió una adaptación fiel a los libros, pero con la introducción de rasgos propios del cine que marcaron el estereotipo del agente 007.
Esencialmente la película trata sobre el asesinato del jefe de estación del MI6 en Jamaica, quien además colaboraba con la CIA para identificar y solucionar algunos problemas relativos con el programa espacial estadounidense. Para resolver este asesinato, M (jefe del MI6 con sede en Londres) envía a James Bond a Jamaica con tal de que llegue al final del asunto que, por supuesto, involucra una conspiración más grande de la que inicialmente se podía imaginar.
Además de la premisa, la cinta está cargada de un recurrente tono sexual que abona al estereotipo de agente secreto que aprovecha su carisma y atractivo para conseguir información (especialmente de mujeres), escenas con mucha violencia para la época y momentos de humor que ayudan a romper la tensión de la narrativa (algo que permite mantenerse a la expectativa).
El argumento central y los elementos referidos potencian la narrativa, por lo que permiten que el espectador se mantenga alerta en todo momento, de hecho, las revelaciones que surgen a lo largo de la película abonan a mantener el atractivo. No obstante, el desenlace resulta sumamente simple, al grado de romper con el desarrollo de los 100 minutos previos, algo que puede dejar un muy mal sabor de boca.
En conclusión, Dr. No es una gran película que, pese al amargo final, invita a darle una oportunidad a las secuelas del 007. Ver esta película teniendo presente su contexto de producción permite entender por qué fue el comienzo de una saga cinematográfica sumamente exitosa, así que en este punto mi siguiente paso será continuar explorando las películas del famoso agente secreto y ya a la siguiente candidata: You Only Live Twice (1967)
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