Diario de un posgrado Relatos

Diario de un posgrado III

Además, me obligo a escribir, escribir por gusto y no como parte mi trabajo. Escribir con la esperanza de no encasillarme en un estilo rígido

La última entrada de este «diario», me parece, resultó desalentadora. En realidad no había más que incertidumbre derivada de algunos problemas de salud y las preocupaciones sobre el futuro inmediato.

Como sea, estos meses han sido bondadosos en lo que respecta a mi carga académica. Hasta hace poco caí en cuenta de que, como parte de mi formación principal, es la última vez que tomaré clases. Otra historia será si imparto alguna materia o si me inscribo a algún otro curso para actualizarme, comenzar un nuevo camino o aprender algo distinto.

Por otra parte, la investigación doctoral se ha nutrido de distintas obras referentes para la historiografía. Pero también obras recientes que me han aportado enfoques novedosos y visiones alternativas sobre fenómenos que parecían extensivamente estudiados. El trabajo de revisión literaria es complejo, largo, extenuante y en algunos casos poco gratificante, aunque necesario.

Mi revisión documental (mandamiento para quienes nos dedicamos a la historiografía) se ha complicado en tanto que las guías del archivo no ofrecen muchas pistas sobre lo que busco. La alternativa ha sido comenzar con los descriptores más prometedores y desde ahí buscar algunos indicios que iluminen mi camino.

El trabajo de archivo es algo complicado. Por momentos gratificante, por momentos frustrante.

En cuanto a mis actividades fuera del posgrado, ha sido un reto organizar el tiempo que dedico a ocio, deporte y escritura ajena al plano académico. Aunque no por ello diría que he renunciado a esas otras cosas que me gustan. Confieso que mantengo a flote un par de proyectos que por ahora me divierten, emocionan y ayudan a despejar mi mente, pero poco tienen que ver con historiografía.

Una novela de detectives siempre cae bien, especialmente para refrescar ideas

También me he obligado a buscar lecturas ajenas a la disciplina, especialmente novelas que me han ayudado a refrescar ideas y descansar mentalmente. Además, me obligo a escribir, escribir por gusto y no como parte mi trabajo. Escribir con la esperanza de no entregarme a un estilo rígido que en lugar de invitar a la lectura invite al rechazo.

Anuncios

Espero nutrir este diario más seguido, no olvidarme de este otro compromiso autoimpuesto: seguir escribiendo en mi página.

2 comments on “Diario de un posgrado III

  1. rodrigogordoa

    Es un reto la lectura y la escritura fuera de la vida académica. De la primera actividad, te recomiendo leer «Un verdor terrible» de Benjamín Labatut, personalmente fue una bocanada de aire fresco. En cuanto a la escritura, prácticamente no la concibo fuera de lo académico. ¡Me parece que tienes un reto autoimpuesto muy interesante!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: